sábado, 5 de septiembre de 2009

El entrenamiento y su significado

Para muchos el entrenar no pasa de ser solo eso, un momento durante el cual la ejercitación física nos da cierta sensación de cansancio y de logro de un nivel de capacidad mental con respecto al grado de vencer los obstaculos que las exigencias fisicas nos demandan, me refiero con ello a que podemos exigirnos cada día más en nuestro entrenamiento, no solo fisicamente, sino que mentalmente. Pero ¿Eso es todo lo que debemos esperar de un entrenamiento?, pues bien para el practicante del KOLLELLAULLÍÑ, el entrenamiento no solo es importante por los logros de capacidades fisicas y mentales que pueda alcanzar, sino que lo que siempre debe motivar su entrenamiento y debe ser el centro y motor de su entrega, antes, durante y despues, es nada más que el saber que no solo ha adquirido un compromiso con sus raices y su historia, sino que por sobre todo se ha INVOLUCRADO EN SU HISTORIA. Esto es una gran diferencia, pues compromiso e involucramiento no son lo mismo y quienes practican KOLLELLAULLÍN, deben tenerlo siempre presente. Para aquellos que no conocen la diferencia se los comentaré con un ejemplo que aprendí cuando viví en Japón, y es un ejemplo gráfico de su diferencia. El ejemplo dice así: Cuando usted hace una paila de huevos con tocino, usted puede ver que la gallina se comprometió, pero el cerdo fue el único que se involucró. En este pequeño ejemplo quiero comentar que no basta con decir que práctico Kollellaullíñ, sino que quienes practican deben conocer y adentrarse en este conocimiento y practicar no solo la base física, sino que todo lo que rodea esta práctica, esto quiere decir que usted debe ser consciente de su papel, de su deber y responsabilidades que tiene con su lugar de origen y con quienes nos rodean, digase personas, sociedad, cultura, historia, ambiente, etc, etc.
Por ello la practica fisica pueden efectuarla muchos, pero pocos pueden llegar a la profundidad que tiene el concepto que nos enseñaron y nos traspasaron aquellos que velaron por la permanencia de las tradiciones y por la difusión de las mismas. El Kollellaullíñ necesita de personas que se involucren y no solo de quienes sienten un compromiso y es a ellos a quienes se debe. El que nuestras tradiciones permanezcan depende y dependerá de aquellos que sigan estos preceptos y los guarden en sus corazones y en sus almas grabados a fuego. Hoy despues de más de 24 años difundiendo y trapasando estos conocimientos aún mantengo viva la esperanza de ver muchas personas practicando y aprendiendo de este rasgo milenario. Chaltu pu peñi, pu lamwen. Peukayán
Víctor Hernández P.
Mañke Kollellaullíñ
Director, representante
1ra. fuente

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